México: país de paso.
Fred Ramos
Fotógrafo salvadoreño radicado en la Ciudad de México, Fred Ramos se convirtió en fotoperiodista en 2012, impulsado por su deseo de documentar la violencia, el abandono social y la migración que lo rodeaban. Aquí presentamos una selección de su trabajo sobre migración.
Sobre el autor/a:
Fred Ramos
De 2013 a 2010, trabajó como fotógrafo de plantilla para el periódico online El Faro, uno de los medios de noticias de investigación más importantes de América Latina. En 2014, ganó el primer premio en la categoría “Vida diaria” de World Press Photo por su cobertura de los miles de desaparecidos en El Salvador. Desde que se mudó a la Ciudad de México en 2020, ha cubierto migración, política y conflictos ambientales, entre una gran variedad de temas. Ha trabajado en todo el continente americano, desde Ecuador hasta Estados Unidos, y al mismo tiempo sigue visitando regularmente El Salvador para documentar el impacto actual de la guerra del presidente Nayib Bukele contra las pandillas.
Cada año, cientos de miles de migrantes de todos los continentes atraviesan México con el propósito de llegar a Estados Unidos; el 98% de ellos provienen de Latinoamérica. Desde hace diez años, me dedico a fotografiarlos y entrevistarlos. Me dicen en unísono que huyen por una razón o por todas a la vez: la violencia extrema, la corrupción, los gobiernos totalitarios, el cambio climático.
Sin una solución en el horizonte, percibo que cada año más latinoamericanos se suman a la ruta migratoria. Sin embargo, lo que he visto repetidamente en la última década es un intento fallido de los gobiernos por detener la migración mediante decretos. Restringen la concesión de visas, pero no aportan para solucionar la raíz del problema.
Los acuerdos migratorios entre Estados Unidos y México parecen destinados a garantizar que quienes buscan asilo sean devueltos a las mismas regiones de las que huyen. Muchos migrantes se quedan varados en México, donde los cárteles los atacan para secuestrarlos y extorsionarlos. Lo que me dicen es que les parece menor el riesgo de migrar, que volver a la vida insoportable de donde huyeron.
Muro fronterizo entre Estados Unidos y México, en la ciudad de Tijuana, Baja California, en mayo de 2020. La frontera entre Estados Unidos y México es la más peligrosa del mundo, según la ONU, pero también la más transitada.
Migrantes centroamericanos cruzan el río Suchiate entre Guatemala y México.
Migrantes de diferentes nacionalidades esperan a ser procesados por el Instituto Nacional de Migración en Tapachula, México. México ha registrado solicitantes de la condición de refugiado de 75 países de todos los continentes del mundo. Sin embargo, el 98% provino de Latinoamérica y el Caribe.
Un niño hondureño juega cerca de las vías del tren en Arriaga, Chiapas, en el sur de México. La migración centroamericana es multifactorial, originada por las guerras civiles de los años 80, la violencia actual de las pandillas modernas, la pobreza, los gobiernos autoritarios y el cambio climático.
Migrantes de diversas nacionalidades esperan a ser procesados por el Instituto Nacional de Migración en Tapachula, México.
Una niña de la selva de Mosquitia, en Honduras, en el campamento de migrantes en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, ciudad fronteriza con Brownsville, Texas. Los pobladores de la Mosquitia están siendo afectados por el crimen organizado.
Nicole Cruz y David García miran hacia el lado estadounidense de la frontera con su hijo Mateo, de 2 años, en Tijuana, México. Huyeron de Honduras debido a las amenazas de la pandilla del Barrio18.