Cómo Honduras se convirtió en un laboratorio para que los millonarios vivan más
Por Jennifer Avila

23 de abril de 2025
SumarioBlindados de impuestos y regulaciones, un grupo de empresarios experimenta con terapias de rejuvenecimiento y longevidad en una isla del país centroamericano. El gobierno quiere sacarlos. ¿Puede Trump ayudarlos?

Sobre el autor/a:
Jennifer Avila
Es periodista y fundadora del sitio Contracorriente.
En Roatán, una de las islas de Honduras ubicada en el Caribe, se reúnen prominentes inversionistas, emprendedores e ideólogos libertarios. Hablan de sus creaciones en blockchain –una tecnología que permite registrar y compartir información de manera segura, transparente y descentralizada– y de cómo llevarla a proyectos de este mundo. Hablan de evadir regulaciones estales pero también hablan de inmortalidad. Todo esto ocurre en una Zona Especial de Empleo y Desarrollo (Zede), una especie de ciudad libre de impuestos y regulaciones nacionales e internacionales.
Niklas Anzinger, un alemán que ahora vive en Roatán dentro de la Zede llamada Próspera, es el organizador de estos eventos. Su principal emprendimiento se llama Infinita y su objetivo es atraer inversionistas y clientes a la Zede Próspera. Allí, gracias al impulso de Niklas, se llevan a cabo experimentos para lograr tratamientos que alcancen la mayor ambición humana: la eterna juventud.
Hablé con Niklas en un receso de un evento que se organizó en abril de 2024.
–¿Por qué una persona querría vivir para siempre, si el mundo ya está bien jodido?
–Yo pienso que la vida es bella y quiero tener más, pienso que un buen número de personas querrían acceso a eso. Y bueno, yo creo en el poder de la elección. Si quieres vivir más, deberías poder tener la opción.
El evento se lleva a cabo en un domo de lona en el jardín de un hotel. Hay un calor húmedo y unas 15 personas, la mayoría visitantes de Estados Unidos, se sientan en bean bags o sillas de plástico frente a un escenario con una pantalla en la que se ven personas que no pudieron llegar hasta esta isla y se conectaron por videollamada. Las imágenes de promoción del evento parecen creadas con Inteligencia artificial: vehículos voladores, robots haciendo el trabajo duro de construcción, androides.
Pero en ese hotel sucede algo más. Estos emprendedores que hacen experimentos gracias a Niklas mantienen vivo el experimento libertario que se creó en Honduras cuando gobernaba el Partido Nacional, el partido conservador del expresidente Juan Orlando Hernández, hoy encarcelado en Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
La ley de las Zede fue diseñada por asesores legales y miembros del gabinete económico del gobierno que siguió después del golpe de Estado que sufrió Honduras en 2009, que dejó al país aislado luego de que militares sacaran en pijamas al expresidente liberal José Manuel Zelaya.

En 2022, después de doce años en los que el partido conservador gobernó y tras la extradición del expresidente Hernández, Honduras dio un giro a la izquierda con el triunfo de Xiomara Castro, la esposa de Zelaya, que ahora se desempeña como asesor. Este gobierno, además de derogar la ley de las Zede, las declaró inconstitucionales desde su origen. Entonces sí, allí en el jardín de ese hotel de Roatán donde Infinita convoca y Próspera recibe inversiones, ocurre algo inconstitucional: el manejo de una Zede sin vigilancia estatal.
Los críticos de las Zede las comparan con un enclave colonial que amenaza la soberanía del país sin aportar muchos beneficios, y la resistencia local ha aumentado en los últimos años. Los principales defensores del proyecto suelen ser extranjeros como Niklas, que han desarrollado negocios en la zona. Titanes de la industria tecnológica como Peter Thiel y Sam Altman también apoyan a Próspera o a las empresas que funcionan allí. Lo más controvertido en los últimos años es su giro hacia las inversiones en proyectos de longevidad o “mejoramiento humano”, que consisten en modificaciones corporales para crear nuevos sentidos.
Buscar la inmortalidad en Honduras puede sonar descabellado, aunque a simple vista Roatán parece un pedazo privilegiado de este país empobrecido y violento de Centroamérica: la isla tiene uno de los índices más bajos de homicidios, se usa tanto el dólar como el bitcoin y se habla inglés. Pero en esa imagen de ensueño que se llevan los turistas, la realidad del país se termina filtrando: en Roatán no hay un hospital público y las comunidades negras y garífunas-afrodescendientes, que son la mayoría de la población, aún viven en comunidades con calles de tierra, sin acceso al agua potable o institutos de educación secundaria.
Pero Próspera e Infinita no están diseñadas para responder a esa realidad de la isla. Infinita VC, el emprendimiento de Niklas, es una entidad administradora de capitales de riesgo fundada en 2022. La base de datos Crunch Base, establece que, hasta julio de 2024, Infinita invirtió en dos startups: Immune AgeBio, una desarrolladora de terapias de rejuvenecimiento a través de células madre, y en BeeX, una empresa basada en Singapur que “ofrece robots que utilizan vehículos submarinos autónomos con capacidad de flotación diseñados internamente”. También trabaja conectando personas, ya sea posibles inversionistas o pacientes para Minicircle, la empresa desarrolladora de la terapia de folistatina para el rejuvenecimiento y aumento de la masa muscular, una práctica conocida popularmente como “hackear el ADN para la inmortalidad”. Cada sesión cuesta 25 mil dólares.
Gracias a Infinita, con un capital inicial de 3.5 millones de dólares, 25 startups de biotecnología se crearon en Próspera, según me dijo Niklas en 2024. La apuesta de inversión: apps médicas, robots, cyborgs y experimentos biomédicos.
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Esta es una historia de vampiros. Niklas me contó que encontró inspiración en la película “Only lovers left alive”, dirigida por Jim Jarmuch. Hay una escena que se le quedó grabada, y lo llevó a reflexionar sobre la eternidad: Adam, uno de los vampiros protagonistas, se encuentra sumido en una profunda depresión porque vivir eternamente resulta insoportable, entonces Eve, la otra protagonista, también vampiro, lo encuentra y lo invita a bailar, porque también existe belleza en la vida: la ternura, los lazos humanos, la música y el baile.
Pero esta no es la única historia de vampiros que podemos encontrar en el relato de Infinita y Próspera.
Bryan Johnson, el gurú del movimiento de longevidad más famoso del mundo, ha sido paciente de la empresa Minicircle, que experimenta con tratamientos de longevidad en Próspera. Él mismo ha estado allí en Roatán, recibiendo inyecciones de folistatina para el aumento de masa muscular, un tratamiento que supuestamente tuvo ensayos clínicos regulados por Próspera, pero sin las regulaciones ni aprobaciones de la Administradora de Comida y Drogas de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) o mecanismos tradicionales científicos.
No es extraño que Bryan Johnson pague 25 mil dólares por inyección cada año, ya que actualmente usa su cuerpo para experimentar con decenas de tratamientos de longevidad de todo tipo, como la ingesta de más de 50 pastillas con suplementos vitamínicos a diario, tratamientos intensivos de rejuvenecimiento cutáneo, optimización intestinal o el uso temporal de transfusiones de plasma sanguíneo. La fama de vampiro le viene justamente por este último de los tratamientos y la escena que él armó para su canal de Youtube visto por millones de personas en la que él, su hijo de 18 años Talmage y su padre Richard, se someten a una transfusión de sangre, un tratamiento que ya tiene estudios exitosos en el mejoramiento físico en ratas, pero no estudios concluyentes en humanos.
Johnson es un hombre blanco y atlético de 48 años, con el cuerpo de quien dedica gran parte de su tiempo a hacer ejercicios y llevar una dieta sana, lo único extraordinario en las señales del paso de los años en su rostro y cuerpo es su piel excesivamente blanca y sus párpados colorados. Saltó a la fama tras vender una app de eficiencia financiera con la cual se hizo multimillonario y le dio vuelta a su vida con un propósito completamente nuevo: vivir más de lo humanamente posible hasta ahora.
Pero Johnson no es el único que experimenta en la búsqueda por una eterna juventud. Peter Thiel, el cofundador de Paypal y mentor del vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, es otro de los billonarios que comulga con la idea de la vida eterna y la experimentación con transfusiones de sangre joven para lograr la inmortalidad.
A Thiel también lo conectamos con Roatán porque la Zede Próspera es uno de los proyectos de la compañía Pronomos que cuenta con su respaldo y el de otros multimillonarios como Marc Andreessen un empresario de tecnología muy cercano al presidente Donald Trump, o Balaji Srinivasan, autor de The Network State, mentor para los libertarios de Próspera. Pronomos incluso ha anunciado que están replicando el modelo Próspera en el continente africano.
En países como Honduras, donde la vida está atravesada por la pobreza y la violencia, la falta de acceso a derechos básicos, que alguien quiera extenderla de manera indefinida puede parecer surreal.
Al igual que Johnson, que en sus redes sociales habla sobre su obsesión por prolongar el tiempo que pasará con su hijo; Niklas, el fundador de Infinita, también habla de amor al explicar sus motivaciones para ser parte de este proyecto. Conoció a su esposa Kara durante la pandemia, cuando ella vivía en New York y él en Berlín, y en ese momento caótico con estrictas restricciones a las libertades, estar separados les hizo reflexionar sobre el funcionamiento de los Estados y sobre la posibilidad de prolongar la vida. Ambos viven ahora en Próspera.
“La vida tiene altibajos y cosas intermedias y, después de todo, creo que el promedio sigue siendo hermoso. Sé que hay personas que no quieren vivir y yo los alentaría o intentaría apelar a ver la belleza de la vida”, me dijo Niklas.
A pesar de la oposición de la comunidad científica hondureña y las críticas internacionales, manifestada en comunicados y artículos de revistas científicas, Niklas ha hecho desfilar por el domo de Infinita a grandes celebridades del mundo de la longevidad, emprendedores libertarios que además militan como un movimiento global para crear estados red, que según la definición del escritor y empresario Balaji Srinivasan son “estados descentralizados que utilizan blockchain y funcionan como comunidades conectadas entre sí, que eventualmente podrían ser reconocidos por estados nación”. Mac Davis, por ejemplo, es uno de los directivos de Minicircle en Infinita, es activista de las “ciudades libres” y parte de la junta directiva de “Frontier Foundation” una organización estadounidense cuyo objetivo principal es apoyar la iniciativa presidencial “Ciudad de la Libertad”, propuesta por Donald Trump durante su campaña. Esta consiste en convertir territorios ricos en recursos naturales en enclaves de Estados Unidos con la idea de las “charter cities” como base. La iniciativa ha tomado otra consistencia con el interés del gobierno norteamericano en conquistar Groenlandia.
Mientras esto se anuncia en Estados Unidos, Davis y sus compañeros co-fundadores de Minicircle comenzaron a probar sus experimentos genéticos para arrojar resultados que hicieran viables más pruebas. Así, según el mismo Mac Davis dijo en uno de los videos de Bryan Johnson, gracias a la inversión de Sam Altman, fundador de OpenAI –la empresa que revolucionó la inteligencia artificial–, y gracias a la existencia de Próspera, tuvieron la oportunidad de desarrollar la terapia de folistatina que implica “editar” el ADN para aumentar la masa muscular del cuerpo. Los ensayos para realizar esa terapia llevarían décadas en Estados Unidos pero Minicircle logró en menos de dos años probar y comercializar su terapia. Esto le dio a Próspera una razón de ser, ya que después de cinco años de existir no había logrado tener un impacto como desarrolladora de industrias.
Los ensayos clínicos para las terapias de Minicircle comenzaron en agosto de 2023, con un grupo proveniente de Estados Unidos, que llegó a la isla gracias a un evento promovido por Infinita. El ensayo duró seis días gracias a la falta de regulación que les garantizaba ser residentes de una ZEDE. Una clínica privada local llamada Global Alliance for Regenerative Medicine (GARM), que funciona desde 2013 en Roatán, les brindó un establecimiento con profesionales de la salud y equipo médico. La clínica GARM ofrece tratamientos médicos tradicionales y ensayos no aprobados por la FDA, está dentro de una zona muy restringida y para entrar solo se puede con cita o directamente buscando atención médica. En ese lugar, por ejemplo, promueven tratamientos alternativos con células madre para curar enfermedades degenerativas.
Después de ese primer ensayo en agosto de 2023, llegó el visitante más esperado: Bryan Johnson, quien llegó a recibir tratamiento de rejuvenecimiento a principios de 2024, y lo contó en un video que se hizo viral. Allí se lo ve a Bryan con su camiseta negra, bajo la leyenda «Don’t Die», presumiendo su cuerpo robusto con shorts y lentes de sol, transpirando como cualquier humano en el calor del Caribe. Así narra su viaje de aventura a una isla escondida, una ciudad prohibida, a la fuente de la juventud. “Estoy viajando a una isla remota para un procedimiento médico extremo que podría cambiar el futuro de la humanidad… este es un viaje en búsqueda de la fuente de la juventud”.
El video culmina mostrándonos que en Próspera e Infinita se hace algo prohibido: según las leyes de Honduras toda la operación allí es inconstitucional, pero para Bryan Johnson, Niklas y el resto de visitantes de Próspera es revolucionario. “Cambiaremos el rumbo de la humanidad”, dice Bryan, su propio conejillo de indias que quiere demostrar que su esperanza de vida aumentará un 30 % con este tratamiento. El video luego se hizo parte de un documental más largo que se llama Don’t die (No mueras), recientemente agregado al catálogo de Netflix.
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Roatán ya era una suerte de colonia antes de que Próspera desembarcara con su idea de estado red. Desde 2006 la isla es una zona libre de impuestos para el desarrollo del turismo. Durante décadas, grandes empresas turísticas, sobre todo extranjeras, han sido la primera fuente de empleo para los isleños y las mayores explotadoras, con mínima regulación estatal. En las partes de Roatán donde no hay playas turísticas, el abandono estatal es notable. La calle principal que recorre la isla es un reto para los conductores, porque es casi imposible eludir los cráteres. Los servicios básicos escasean, las escuelas y centros comunitarios están deteriorados.
El centro de operaciones de Próspera se encuentra en la comunidad de Crawfish Rock, donde habitan 800 personas de la comunidad negra de habla inglesa, descendientes de esclavos africanos llegados tras las dinámicas colonialistas entre las coronas inglesas, española y holandesa en la región insular de Honduras. Es en esta comunidad de calles de tierra, dominada por un enorme árbol en el centro que sirve de refugio para el calor y el aburrimiento, donde Próspera e Infinita han sufrido la mayor resistencia en los últimos cinco años.
Luisa Connor y su hermana Vanessa, profesoras de escuela originarias de Crawfish Rock y líderes comunitarias, han convivido en la resistencia en contra de las Zede, sobre todo cuando Próspera comenzó a construir edificios.
La mayoría de los habitantes trabaja en un complejo turístico cercano al pueblo, o en la pesca y la construcción, pero el empleo es escaso; durante décadas ha sido un sitio olvidado por las autoridades estatales. O por lo menos hasta ahora, cuando hay una creciente tensión provocada por la instalación de este proyecto libertario para extranjeros.
Un par de vecinos discuten en el centro de la comunidad. Hay risas y gritos, y un vecino llama traidora a una mujer. En otra escena, dos ancianos se agarran a golpes, mientras un grupo de turistas pasa por las calles polvorientas acelerando sus motocicletas. Estoy tratando de hablar con Luisa Connor. Ese día unas personas extranjeras en compañía de funcionarios del gobierno de Honduras la visitaron para conversar sobre obras nuevas que el gobierno está haciendo en la comunidad. Consiste de una pequeña calle de cemento en la entrada de la comunidad, frente a una escuela pequeña y descuidada.
“Yo no sé por qué no se van ya”, dice Luisa sobre Próspera. “No respetan a nuestro gobierno ni a esta comunidad humilde.”

En 2024, las Zede fueron declaradas inconstitucionales por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia por violar la soberanía del país. Pero Próspera continúa operando e incluso obteniendo mayores inversiones. Sus abogados han demandado al estado hondureño por más de diez mil millones de dólares ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI por sus siglas en inglés), el mecanismo de arbitraje del Banco Mundial que usualmente favorece a las empresas privadas por sobre los Estados.
Ante la falta de un mecanismo para cerrar un proyecto como este, que tiene obras de infraestructura ya construidas, tierras compradas y personas empleadas, la gente en la comunidad profundiza el conflicto.
Cali es una mujer que ha llegado a Roatán huyendo de la Moskitia, un territorio remoto y selvático al este de la costa atlántica hondureña dominado por el crimen organizado. Cali trabaja en Próspera y defiende el proyecto asegurando que sí hubo una consulta comunitaria, “una reunión con pizza y refrescos” en la que la gente de Crawfish Rock estuvo de acuerdo con el proyecto. Próspera ha empleado a varios trabajadores que provienen de la Moskitia, indígenas miskitos con un idioma y cultura distinta al de los negros angloparlantes de la isla. Esto ha contribuido a que el conflicto sobre Próspera comience a tener matices raciales. El patronato liderado por las hermanas Connor niega lo que dice Cali y considera que una de las mayores violaciones de Próspera fue no consultar a la comunidad antes de instalarse, y dice que los miskitos no son parte de la comunidad sino “forasteros”.
Como madre soltera, Cali justifica su empleo en Próspera diciendo que es una buena fuente de ingresos, que a pesar de no contar con los derechos laborales que se exigen según las leyes hondureñas el salario es suficiente.
El gobierno de Xiomara Castro respalda al patronato de Crawfish Rock y a las Connor en su lucha contra las Zede, y se ha empeñado en realizar pequeñas obras como pavimentación además de entregar algunas ayudas como bolsas con comida tras las últimas tormentas que afectaron la isla. Esto ha profundizado la división entre los pobladores que viven alrededor de Prospera porque el patronato dirigido por las Connor, las líderes comunitarias, es el responsable de administrar estos apoyos.
Luisa Connor denuncia que Próspera está financiando al grupo de la comunidad que está en favor de la Zede: “Hay un rumor que dice que son 100 mil dólares lo que están dando para esto”. Pese a todo, Luisa confía en que la mayoría de sus vecinos sigue oponiéndose a Próspera. “Ellas están defendiendo su trabajo, pero nosotros defendemos nuestras tierras, cultura y comunidad”, subraya, añadiendo que los miskitos aún tienen a dónde regresar si hay expropiación, a pesar de que muchos han huido de esta zona también abandonada por el Estado y tomada por carteles de la droga. Hasta ahora Próspera no ha expropiado tierras en la comunidad, aunque ha comprado cada vez más parcelas en los últimos años. Los pobladores que se oponen a las Zede ven esto como una amenaza.
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Honduras no ha sido el único conejillo de Indias para los libertarios. En 2021, según la Organización de Zonas Económicas Africanas, había alrededor de 203 Zonas Económicas Especiales (ZEE) en África, de las cuales 73 estaban en desarrollo. Según el portal VC Info Docs, los Estados red son “una conspiración para formar un Estado nación dirigido por multimillonarios de la tecnología, organizados a través de una gran red de empresas de capital riesgo y startups. Muchas colonias, una nación”.
Niklas Anzinger dice que su proyecto es todo lo opuesto al colonialismo. “Todos los países necesitan inversión extranjera para generar riqueza. Eso (el colonialismo) es cuando otros estados u otras naciones, ya sabes, intentan obligar a las personas a hacer algo que no quieren. Esto es un negocio privado y sucede si lo quieres, todo es voluntario”.
“Durante la mayor parte de la historia, la esperanza de vida no superaba los 30 años debido a enfermedades infecciosas. Hoy, gracias a la erradicación de muchas infecciones y los avances médicos, la esperanza de vida promedio es de 75 a 80 años. Un ejemplo es el Proyecto del Genoma Humano, que descifró el ‘lenguaje de la vida’”, explica Niklas comparando esto con lo que él está impulsando en la Zede.
Ante los peligros de cierre, que deberían ser inminentes después de la inconstitucionalidad dictada por el Gobierno de Honduras, Niklas piensa que pueden resistir un año hasta que las elecciones en noviembre de 2025 generen un cambio de gobierno, quizá un giro de regreso a los conservadores o liberales según sus expectativas. El Partido Nacional y el Liberal, de centroderecha, son las dos principales opciones de oposición (ninguno se ha pronunciado sobre lo que hará con las Zede de ganar la presidencia). Niklas también espera que el gobierno de los Estados Unidos de Donald Trump presione para que los dejen operar con garantías.
“Las cosas han cambiado para bien a nivel geopolítico, porque la nueva administración en Estados Unidos defenderá los intereses de los estadounidenses en Honduras,” dice Jorge Colindres, un joven hondureño en sus treintas que oficia como “secretario técnico” de Prospera, un puesto equivalente al de gobernador pero que no está reconocido por el Estado de Honduras. Sobre la posibilidad de que el gobierno termine desmantelando las Zede, dice: “Sería básicamente una expropiación”.
Poco antes de la asunción de Trump, la congresista republicana ultraconservadora María Salazar posteó en su cuenta de X: “Mucho cuidado con expropiar las ZEDE en Honduras. En enero habrá un nuevo sheriff en el pueblo”. Fue una advertencia para el gobierno.
Niklas ha visto posibilidades de mudar su proyecto a otros países, como El Salvador, Paraguay, Uruguay o inclusive Argentina. Según Niklas, Infinita fue una de las primeras en promover ideas como el “aceleracionismo efectivo, pro-crecimiento y tecno-optimista”, que dialoga con los discursos del presidente argentino Javier Milei y el flamante colaborador de Trump, Elon Musk.
"Yo podría estar haciendo negocios en Dubai, pero prefiero hacerlo aquí o en Latinoamérica, porque en Dubai ya todos son ricos, aquí mi trabajo tiene más impacto,” dice Niklas. “En un año, las cosas pueden cambiar. La razón prevalecerá”.